Un instrumento láser concebido para analizar las interacciones entre la atmósfera y la superficie del suelo marciano detectó nieve proveniente de nubes a 4.000 metros de altitud sobre el sitio de alunizaje de Phoenix, según un comunicado divulgado este martes por la Nasa.
"Nunca vimos nada parecido antes sobre Marte", destacó Jim Whiteway, de la Universidad York de Toronto, responsable científico de la estación meteorológica canadiense instalada en la sonda Phoenix.
"Vamos a buscar indicaciones para saber si la nieve alcanzó el suelo", añadió.
Según las primeras observaciones, los copos de nieve se evaporaron antes de llegar a la superficie de Marte.
Además, experimentos realizados con los instrumentos de Phoenix, que se posó en el Ártico marciano el 25 de mayo, también revelaron rastros de reacciones químicas entre minerales del suelo marciano y agua líquida en el pasado, similares a las que ocurren en la Tierra, explicaron los científicos.
"Esto indica momentos en el pasado de Marte en los cuales corría agua líquida por el suelo", indicó William Boynton, de la Universidad de Arizona, uno de los científicos de la misión.
Los datos del Phoenix también sugieren la presencia de carbonato de calcio, el principal componente de la roca caliza. La mayoría de los carbonatos y arcillas sobre la Tierra se forman con presencia de agua líquida.
"Hemos encontrado carbonato", dijo William Boynton de la Universidad de Arizona, científico principal del Thermal and Evolved Gas Analyzer (TEGA). "Este señala episodios de interacción con agua en el pasado".
"Estamos aún recogiendo datos y tenemos muchos análisis por delante, pero estamos haciendo un buen progreso sobre grandes preguntas que nos hemos planteado", dijo el principal investigador de Phoenix, Peter Smith de la Universidad de Arizona, Tucson.
Phoenix comenzó a cavar en el suelo marciano tras posarse cerca del polo norte del planeta el 25 de mayo, encontrando en junio una sustancia blanca que los científicos afirman es hielo.
Ahora los científicos quieren examinar si el hielo alguna vez se fundió para ver si hubo un medioambiente favorable a la vida, un objetivo clave de la misión.
La misión Phoenix, inicialmente prevista para durar tres meses, fue prolongada y entró en su quinto mes.
No obstante, la sonda debería dejar de funcionar hacia fin de año ya que las horas de sol necesarias para recargar sus baterías solares disminuyen rápidamente cada día.
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